“Encuentra la belleza que otros no ven y captúrala con tu cámara”
– Albert Watson
A lo largo de su exitosa carrera profesional, Albert Watson ha creado algunas de las fotografías más famosas e icónicas de nuestros tiempos.
Crear fotografías nos sumerge en la práctica fotográfica de este legendario fotógrafo. A través de 20 brillantes y accesibles lecciones, encontraremos un sinfín de consejos, recursos y curiosidades con una alta carga inspiracional, claves de valor incalculable que nos permitirán nutrir nuestra propia experiencia con la cámara y aprender a generar imágenes genuinas.
7. Aprende del viaje
Mi complicado camino hasta la fotografia
13. Sé audaz
Ábrete paso en el mundo creativo y expón tu criterio
19. Encuentra tu inspiración
Sumérgete en libros, museos y galerías
25. 80 por ciento de creatividad, 20 por ciento de técnica
Es como conduir un coche, no cuenta cómo lo conduces sinó adónde lo llevas
31. Tipos de càmera, objetivos y copias
Aprende a confiar en el instinto y la experiencia, de principio a fin
39. Planifica, planifica, planifica
Acude siempre preparado a la sesión
45. Considera al individuo
Ten don de gentes si quieres hacer fotografía de retrato
51. Cómo preparar el estudio
Ejerce el control pero sé flexible
57. Controla la luz
Desde bombillas de 10 euros hasta luces estroboscópicas
63. Filmar anuncios
Sé la fuerza dominante en el set
69. Fotografiar celebridades
Familiarízate con su trabajo de antemano
75. Capta la geografia del rostro
El rostro tienes valles, colines, montañas y acantilados
79. Capta el rostro del paisaje
La fotografía de paisaje es más que una postal
87. Observa la belleza y el carisma de los objetos
Conceptualiza la naturaleza muerta
91. Abraza la luz natural
Puede convertirse en un apasionado romance
97. Rodéate de gente competente
Asistentes, maquilladores, estilistas y modelos
103. Trabajar con Photoshop
Es una gran herramienta, però no hay que abusar de ella
109. Presta atención a las imágenes y vendrán a ti
A veces tendrás suerte
115. Busca imágenes memorables
Las grandes fotografías resisten el paso del tiempo
121. Capturar Marruecos
Un proyecto integral
128.
Agradecimientos
Acerca de los autores
Mi trayectoria en la fotografía ha sido muy larga. Para mí la fotografía ha sido una pasión profunda e interminable. Desde el primer momento en que cogí una cámara sentí esa pasión, y fotografiando la semana pasada todavía sentía esa pasión.
Nací en Escocia. Fui a una escuela a las afueras de Edimburgo y tuve una educación ordinaria y convencional. Mi madre era peluquera y mi padre boxeador profesional. Uno de los principales puntos de inflexión fue cuando fui a un baile en Edimburgo y conocí a una chica maravillosa, Elizabeth, y empezamos a salir. Teníamos diecisiete años y ella ya tenía un trabajo en Londres, en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Decidí seguirla y conseguí un trabajo en el Ministerio del Aire, trabajando, entre otras cosas, en misiles Blue Streak. Elizabeth y yo nos comprometimos y, más tarde, nos casamos.
Un año después nació nuestro primer hijo. Decidimos volver a Edimburgo y yo conseguí un trabajo en una fábrica de chocolate, probando chocolates. Elizabeth volvió a la universidad para convertirse en profesora y yo empecé a ir a la escuela nocturna: clases de arte dos noches por semana y de matemáticas otras dos, una combinación un tanto extraña. Tras un año en Edimburgo, me aceptaron en el Dundee College of Art y Elizabeth también pidió el traslado al Dundee College of Education.
Pasamos cuatro años en Dundee, amé cada minuto de esa estancia y, después de dos años, decidí especializarme en diseño gráfico. Elizabeth obtuvo el título de profesora y nació nuestro segundo hijo.
Mi primera conexión real con la fotografía fue a través del diseño. Cuando tuve una cámara en mis manos, las cosas cambiaron para mí. Me encantaba el diseño gráfico y el arte. Pasaba mucho tiempo en los museos admirando los cuadros y mis cursos incluían una gran cantidad de dibujo y pintura, incluso cerámica y orfebrería.
Tuve un profesor de fotografía muy bueno que era un fanático del cuarto oscuro. Le encantaba el cuarto oscuro y me inculcó la importancia del revelado. Así que, en ese momento, me obsesioné de verdad. Para mi vigésimo primer cumpleaños, mi mujer me regaló mi primera cámara, una pequeña Fuji (antes de eso, le pedía prestada a mi padre su cámara Brownie).
Terminé mi curso en el Dundee College —Elizabeth, por aquel entonces, ya había obtenido el título de profesora— y entré en la escuela de diseño gráfico del Royal College of Art en Londres. Nos mudamos a Londres, Elizabeth consiguió un trabajo de profesora y yo empecé a estudiar, pero no diseño gráfico. Pensaron que era más apto para la escuela de cine, así que decidí estudiar para ser director de cine.
Sin embargo, antes de empezar los cursos de cine, durante el verano entre Dundee y el Royal College of Art, gané una beca de IBM para recorrer América durante un mes. Éramos un grupo de diez estudiantes británicos visitando Nueva York, Colorado, Los Ángeles, San Francisco, Chicago y Washington, D. C. Asistimos a la Aspen Design Conference y conocimos a un montón de gente interesante. Incluso cenamos con el diseñador Ben Shahn y el compositor John Cage.
Con dos hijos, el regreso a Londres fue duro, pero durante mis días de escuela de cine seguí con mi afición a la fotografía. Por las tardes, realizaba mis revelados en la escuela de fotografía del Royal College of Art. Seguía haciendo trabajos de fotografía, un poco al margen, pero siempre con la misma pasión. Conseguí uno o dos trabajos fotografiando catálogos y escaparates para una empresa americana y así pude comprar mi primera Hasselblad, una cámara de formato medio conocida entre los fotógrafos por su combinación única de portabilidad y capacidad para capturar imágenes de gran tamaño y alta resolución.
Al terminar mis estudios en el Royal College, estaba muy interesado en volver a Estados Unidos. Elizabeth consiguió un trabajo de profesora en Los Ángeles mientras yo, de momento, dependería de ella económicamente. Llegamos a Estados Unidos el 28 de agosto de 1970 sin mucho dinero. Sin embargo, había realizado un trabajo de publicidad justo antes de salir de Londres y con el dinero obtenido me compré un Mustang en Washington D. C. con el que recorrimos Estados Unidos en verano. En Los Ángeles llevaba mi Hasselblad, con un objetivo y un pequeño portfolio. Solo tenía un contacto en la ciudad, el director de arte de una agencia de publicidad. Me presentó al jefe de la empresa de cosméticos Max Factor, que me compró tres imágenes por una cantidad increíble de dinero. Ese fue mi primer trabajo grande y bien pagado.
Las cosas cambiaron muy rápidamente. En un año, contaba ya con un buen estudio. En tres años, teníamos el estudio más grande de Los Ángeles. Empezamos a recibir muchas llamadas de Nueva York, así que, en 1974, abrí un pequeño estudio en Nueva York. Realicé cuarenta viajes de ida y vuelta entre Los Ángeles y Nueva York en mi primer año y, poco a poco, me establecí como fotógrafo en Nueva York. En 1976 cerramos el estudio de Los Ángeles, me trasladé a Nueva York y empecé a trabajar para las revistas neoyorquinas Vogue, Harper’s Bazaar, GQ y, más adelante, Rolling Stone.
Siempre me ha atraído el bodegón, el retrato y la moda, y me ha gustado combinarlos todos en mi trabajo. Llevo cuarenta años en Nueva York, trabajando, realizando mis propios proyectos, conservando todas esas experiencias pasadas, pero siempre mirando hacia el futuro. Mi camino hasta llegar a la fotografía ha sido complicado, pero he aprendido mucho de este viaje y mis experiencias han tenido una gran influencia en mi manera de trabajar. Quizás lo más importante sea que siempre he seguido mi curiosidad.
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial GG SL