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Vivienda colectiva en México
El derecho a la arquitectura

Un libro de Fernanda Canales

Disponible

SEGUNDA EDICIÓN REVISADA Y AMPLIADA

Los sueños de la vivienda colectiva del movimiento moderno marcan el origen de una genealogía habitacional que este estudio establece a través del análisis comparado de 125 proyectos  realizados en México desde principios del siglo xx hasta la actualidad. Entre ellos, encontramos obras de arquitectos tan reconocidos como Juan O’Gorman, Luis Barragán, Mario Pani, Hannes Meyer, Alberto Kalach y Frida Escobedo.

A partir de fotografías de época y planos redibujados, esta segunda edición de Vivienda colectiva en México, revisada y ampliada con nuevos proyectos, no solo examina los parámetros básicos de cada una de las obras estudiadas, sino que señala algunas de las cuestiones fundamentales que han acompañado 
a los debates en torno a la fórmula habitacional colectiva, como los problemas de la segregación residencial, la idea de casaproductiva o el papel de las políticas actuales. Un estudio profundo y completo que proporciona nuevas claves para la construcción de una cultura del hábitat que indague en la relación que existe entre lo que es de uno y lo que es de todos.

Descripción técnica del libro:

17 x 24 cm
272 páginas
Español
ISBN/EAN: 9788425234279
Rústica
2023
Descripción
Descripción

Detalles

SEGUNDA EDICIÓN REVISADA Y AMPLIADA

Los sueños de la vivienda colectiva del movimiento moderno marcan el origen de una genealogía habitacional que este estudio establece a través del análisis comparado de 125 proyectos  realizados en México desde principios del siglo xx hasta la actualidad. Entre ellos, encontramos obras de arquitectos tan reconocidos como Juan O’Gorman, Luis Barragán, Mario Pani, Hannes Meyer, Alberto Kalach y Frida Escobedo.

A partir de fotografías de época y planos redibujados, esta segunda edición de Vivienda colectiva en México, revisada y ampliada con nuevos proyectos, no solo examina los parámetros básicos de cada una de las obras estudiadas, sino que señala algunas de las cuestiones fundamentales que han acompañado 
a los debates en torno a la fórmula habitacional colectiva, como los problemas de la segregación residencial, la idea de casaproductiva o el papel de las políticas actuales. Un estudio profundo y completo que proporciona nuevas claves para la construcción de una cultura del hábitat que indague en la relación que existe entre lo que es de uno y lo que es de todos.

Fernanda Canales
Índice de contenidos
Índice de contenidos

7. Prólogo a la segunda edición

11. Introducción. ¿Nuestra casa?

17. La vivienda en el tiempo

51. La vivienda en la ciudad: 125 proyectos

 

59. La vecindad moderna 1913-1939 

71. Vivienda mínima 1929-1942 

83. Vivienda vertical 1931-1958 

103. Conjuntos multifamiliares 1947-1964 

129. Vivienda progresiva 1947-1969 

137. Ciudades dentro de ciudades 1964-1976 

151. La vivienda como barrio 1972-1992 

169. La reconstrucción de la casa 1991-1999 

179. La casa como acupuntura urbana 2001-2023 

225. Casas con memoria 2004-2023

 

267. Bibliografía

271. Origen de las ilustraciones

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Prólogo segunda edición

Entre la primera y la segunda edición de este libro han transcurrido seis años, pero en esos años, entre 2017 y 2023, dos importantes acontecimientos definen un cambio radical que no había sucedido en décadas. Los terremotos de 2017 en México y la pandemia mundial de 2019 no solo suponen una transformación en la manera de hacer nuevas viviendas, sino en cómo nos relacionamos con las existentes. Algunos de los proyectos más recientes que recoge este libro fueron pensados a partir de las exigencias desencadenadas por estos dos sucesos, y aunque las soluciones necesarias seguramente tardarán algunos años en llegar, determinan una nueva época en la producción del hábitat. La prioridad es lograr una mayor variedad en la vivienda para responder a una diversidad tanto de usos como de usuarios, y una mejor conectividad con el fin de diluir las oposiciones entre lo público y lo privado, la vida y el trabajo. El interés radica en conseguir privacidad sin aislamiento.

En esta segunda edición se han añadido veinticinco proyectos, pero, de alguna manera, estos nuevos ejemplos han cambiado el contenido original del libro, pues los proyectos históricos adquieren nuevos significados a la luz de las prioridades actuales; hoy sabemos que la historia debe ser otra. La vivienda del siglo xx en México es deudora de cuatro transformaciones: las reformas higienistas de principios de siglo, los avances técnicos del movimiento moderno tras la industrialización, el terremoto de Ciudad de México de 1985 y el crecimiento masivo de las ciudades frente al abandono rural. A su vez, la vivienda de inicios del siglo xxi quedará marcada por cuatro parteaguas: los terremotos de 2017, la pandemia de la Covid-19 de 2019, la emergencia climática y la necesidad de entender la casa como un lugar productivo. Por tanto, las casas se plantean como lugares más abiertos de trabajo y socialización cuyos efectos adquieren una escala impensable hasta ahora. 

La vivienda actual debería ser un manifiesto en torno al no desperdicio, la accesibilidad y la convivencia. Necesitamos dejar atrás los tres aspectos que la definieron en el siglo xx: ser un santuario de descanso que ignora el trabajo doméstico, estar principalmente pensada para alojar a una familia nuclear tradicional compuesta por madre, padre e hijos; y entenderse como una entidad aislada. Su diseño no podrá obviar el mantenimiento futuro, todo lo que entra y sale de ellas, sus implicaciones en temas de agua, drenaje, luz, ventilación, la huella ecológica de sus materiales y las vidas de quienes las construyen y las limpian. La casa ya no es un espacio en sí mismo, sino que implica una serie de ramificaciones que definen la vida de las personas y la supervivencia del planeta. Una casa ya no es solo para quienes la habitan, sino también para quienes quedan fuera de ella. 

Esta nueva edición reúne 125 proyectos desarrollados a lo largo de 110 años en veinte estados de México. La mayoría de las obras se encuentran en la capital, pero se ha producido un cambio significativo en la cantidad de proyectos realizados en otras regiones del país. La participación de los arquitectos en comunidades a las que antes no se acercaban define un nuevo entendimiento de la relación con el contexto. También hay una mayor aportación de arquitectas y un reconocimiento del trabajo de las primeras pioneras de la arquitectura en México. En este sentido, han sido fundamentales las contribuciones de María Stella Flores en obras emblemáticas de Mario Pani —como los conjuntos de vivienda Presidente Alemán y Nonoalco-Tlatelolco—, así como la labor de María Eugenia Hurtado, Susana García, Sara Topelson y Clara de Buen. Asimismo, está influenciado por el trabajo reciente de arquitectas como Clara Solà-Morales, Gabriela Carrillo, Magui Paredo, Isabel Martínez Abascal, Frida Escobedo, Rozana Montiel, Tatiana Bilbao, Isadora Hastings, Ana Paula Ruiz Galindo, Ana Cecilia Garza, Paloma Vera, Margarita Flores, Jimena Hogrebe, Mariana Ordóñez, Jesica Amescua, Surella Segú y Claudia Rodríguez, y muchas otras que han ayudado a señalar aquello que es necesario para que más personas puedan vivir mejor. Su trabajo da prioridad a la liberación del individuo, independientemente de los metros cuadrados que se construyan. Un estudio más profundo de la aportación de las mujeres en la arquitectura cambiará la manera de hacer viviendas y ayudará a enfatizar que hacer arquitectura no solo significa construir inmuebles. 

En este compendio se busca cuestionar la condición especulativa de la vivienda y destacar las cualidades transgresoras de los proyectos: presentar la vivienda como una herramienta colectiva de cambio. Por ello se incluyen obras cuyo aspecto más relevante es su proceso de autogestión, la reutilización de elementos, su accesibilidad o un mínimo impacto medioambiental. Tarde o temprano la realidad empujará a la creación de obras basadas en una economía circular, donde la arquitectura ocupe un segundo lugar respecto a las personas y el territorio, y donde la relación entre “desastres naturales” y vivienda construida en zonas de alto riesgo no sea tan obscena. Puesto que México se ubica en el cinturón de fuego del Pacífico —que concentra el 75 % de los volcanes, el 80 % de los tsunamis y el 90 % de los terremotos del mundo—, es imperativo considerar las catástrofes naturales no como algo imprevisto, sino como algo que puede y debe pensarse de antemano. No resulta difícil imaginar los efectos de construir viviendas en laderas, zonas pantanosas, cauces de ríos y en faldas de volcanes sin la asesoría de especialistas y sin cumplir las normativas. Los pocos ejemplos de vivienda de emergencia y vivienda asequible recopilados en este libro reflejan la escasez de alternativas para atender a urgencias previsibles. Dos iniciativas impulsadas por el arquitecto Carlos Zedillo ponen de manifiesto la necesidad de abrir las discusiones en torno a estos temas que parecen no estar en manos de nadie. La primera se ubica en Ocuilan, Estado de México, donde una veintena de arquitectos realizaron casas para las víctimas del terremoto, y la segunda en Apan, Hidalgo, donde se construyeron 32 prototipos de acuerdo a las particularidades de los 32 estados del país. 

El objetivo de este libro es incitar a la experimentación y dejar atrás modelos obsoletos. Se busca recuperar el cuerpo humano como generador de los proyectos y ya no hablar de edificios, sino de comunidades. De ahí que se incluyan obras imprescindibles que habían quedado fuera de la primera edición, como el conjunto Mexicali, de Christopher Alexander, un sistema adaptable para ser autoconstruido por los usuarios en la década de 1970, un proyecto que supone un punto intermedio entre los desarrollos urbanos masivos y la vivienda mínima aislada en entornos rurales sin servicios; es decir, ni obras que se imponen a los usuarios y al territorio, ni vivienda sin planeamiento. El proyecto de Alexander combina la sabiduría de profesionales que conocen a la comunidad y que aúna técnicas novedosas con la tradición vernácula: no hay divisiones entre el orden y la improvisación, ni entre lo rico y lo pobre, sino casas cambiantes adaptadas al clima que invitan a ser habitadas. En el conjunto, hoy prácticamente irreconocible, lo colaborativo no es ajeno a lo sistemático, y también constituye un ejemplo que redefine la noción de permanencia y temporalidad en la arquitectura.

Cerca del 55 % de las obras incluidas en esta publicación tienen usos mixtos, sobre todo comercios, pero ¿acaso no hay nada entre el descanso y la compra? Las plantas superiores se dedican a apartamentos y las bajas a tiendas. La educación, la salud, el trabajo, la cultura y el recreo quedan excluidos de los programas de vivienda, salvo en algunos conjuntos realizados entre las décadas de 1950 y 1970, como la Unidad Habitacional Independencia y los conjuntos urbanos de Mario Pani, que contaban con clínicas, guarderías, servicios compartidos, áreas deportivas y espacios culturales. Hoy la generosidad de dichos conjuntos no se encuentra en ningún proyecto, al igual que las ventajas de las vecindades tradicionales parecen difíciles de equiparar, ya que contaban con viviendas de tamaños y configuraciones distintas y servicios compartidos desarrolladas en torno a un patio central o corredor común abierto. Este libro pretender ser una invitación a considerar las ramificaciones del espacio doméstico en el ámbito público: a diluir las oposiciones entre lo individual y lo colectivo. 

Como toda selección, este compendio es incompleto y arbitrario, una pequeña muestra que sirve para ampliar las discusiones sobre un tema inmenso y del que apenas existen registros. La casi nula bibliografía sobre la vivienda en un país de 130 millones de habitantes refleja el tamaño del problema. Al retomar esta investigación, lo que más me ha sorprendido es la cantidad y la calidad de intentos por crear nuevos formatos de viviendas capaces de hacer que las ciudades sean mejores. Espero este libro sirva para que se visiten las obras y los buenos ejemplos no queden atrás. Ojalá ayude a impulsar la creación de una nueva historia para la vivienda en México. 

Mientras tanto, se siguen reproduciendo indiscriminadamente dos modelos: casas unifamiliares monofuncionales aisladas del entorno y edificios de apartamentos desarrollados bajo la lógica de una redensificación urbana que no contempla la adecuación de los sistemas de agua, drenaje, transporte público, espacio colectivo o zonas verdes. Lo que se densifica es la comercialización de metros cuadrados de vivienda bajo una falsa idea de eficiencia de un modelo de ciudad compacta que no contempla la mejora de la calidad de vida de las personas ni los sistemas de soporte para lograr que el crecimiento urbano sea sostenible.

 

Copyright del texto: su autora
Copyright de la edición: Editorial GG SL

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