Antes de zarpar hacia la aventura del retrato os debo advertir que, como bien nos indica el título, este no es un libro para aprender a hacer retratos académicos.
La intención de este libro no es retratar la realidad tal cual la vemos ni la de imitar una fotografía, nuestro objetivo es utilizar el retrato como excusa para desarrollar nuestra creatividad, aun a riesgo de perder una amistad.
Con un simple cuaderno y un calibrado, retrataremos a familiares y amigos sin ningún filtro de Photoshop para embellecer, tal cual nos salga en el momento, a bocajarro, sin miedo a las consecuencias.
Más que retratar lo visible, intentaremos captar, precisamente, aquello que no se ve: “el alma del retratado”.
Al principio todos tenemos miedo a que nuestro retrato no se parezca a la persona. Tiremos por la borda el lastre de este miedo, relajémonos, ¡dibujamos para disfrutar, no para traumatizarnos!
Este tampoco es un libro para aprender a hacer caricaturas, aunque en algún momento lo pueda parecer. No enseñaré a deformar, pero vamos a aceptar nuestras deformaciones con alegría, como parte de nuestro estilo personal.
Nuestro objetivo es llegar a buen puerto desplegando las velas de nuestra creatividad artística, encontrar nuestro estilo a la hora de interpretar la realidad. Cuando alguien mira el dibujo de un retrato, debe reconocer tanto al retratado como al artista que lo ha dibujado.
Al salir del confort de mi estudio para dibujar en directo, me sentí de nuevo como un principiante, a pesar de que llevaba más de treinta años como dibujante profesional. Me estaba enfrentando a un nuevo lenguaje de dibujo y no tenía para ello un estilo personal, simplemente dibujaba como podía. No hacía dibujos, hacía bocetos.
El estilo propio no aparece de inmediato ni por arte de magia. Siento desilusionarte si pensabas que era así. Detrás de cada estilo personal hay centenares de horas de trabajo, miles de papeles llenos de dibujos. El estilo propio va apareciendo poco a poco, con cierta timidez de mostrarse en todo su esplendor. Además, este estilo personal está en permanente transformación y va evolucionando con el tiempo.
A mí me ha costado muchos años dibujando a diario en mi cuaderno hasta encontrar un estilo más o menos personal y reconocible… Y todavía no estoy seguro de haberlo encontrado, me encanta experimentar y probar nuevas maneras de dibujar y de distorsionar la realidad.
Los dibujos complementarios a las explicaciones que encontrarás en este libro están extraídos de mis cuadernos realizados entre 2014 y 2022. He mezclado dibujos de mis balbuceos como retratista con otros más recientes, para que se pueda apreciar la evolución y los distintos experimentos estilísticos.
Pongo a vuestra disposición todo lo que he ido aprendiendo en este proceso y las conclusiones a las que he llegado, que son las que a mí me han servido como base sobre la que empezar a construir un estilo propio del dibujo en directo.
Reconozco que es difícil explicar con palabras algo que es visual. Siempre he dibujado por intuición y mucha práctica durante varias décadas como profesional. Fue al empezar en el mundo docente y con la ayuda de talleres cuando empecé a reflexionar sobre el acto de dibujar.
Puede que lo que explico y cómo lo explico no conecte con todo el mundo. Si lo hace con bastantes dibujantes principiantes en el arte del retrato, me doy por satisfecho.
Al fin y al cabo: “Cada maestrillo tiene su librillo”.
Debéis tener en cuenta, grumetes del dibujo, que cuando se desatan los vientos de la creatividad, con su torbellino de formas y su tormenta de rayos de ideas, más vale tener la nave bien anclada en puerto seguro para no acabar en la deriva de la indecisión.
Por eso mi propósito es ofrecer unas bases sólidas, unas cuantas ideas básicas que os puedan servir como tabla de náufrago a la que aferrase y os ayude a sortear las olas de este inmenso océano de posibilidades que nos ofrece el dibujo. Una base sobre la que podáis empezar a desarrollar vuestra creatividad para salir airosos con vuestros retratos y dejar emerger vuestro propio estilo personal.
No os puedo enseñar a dibujar, esto solo es cuestión de tiempo, constancia y paciencia, de atreverse a experimentar, de probar cosas nuevas y a no desanimarse jamás cuando los vientos soplan de proa y no nos sale como queremos.
Al principio cuesta un poco adquirir la costumbre de retratar a la familia, los amigos y los desconocidos en los vermuts, almuerzos, cenas o cervecitas de media tarde. Sin embargo, cuando le pillas el gustillo, no puedes salir de casa sin el cuaderno para inmortalizar cada uno de estos pequeños momentos que conforman nuestra vida. Si no los dibujamos, se van a perder en los arrecifes de la memoria.
Debemos pensar que más que retratar personas, retratamos recuerdos. Convertimos nuestros retratos en un cuaderno de bitácora de nuestra vida. El parecido o la calidad artística quedan en un segundo plano ante nuestra intención de plasmar el momento.
Todo lo que explico en este libro son conclusiones elementales a las que vosotros mismos también llegaréis a descubrir si os dedicáis varios años a dibujar diariamente. Si os puedo ahorrar unos cuantos años de trabajo constante, habré conseguido mi objetivo.
Y ahora, ya podéis coger el timón, el cuaderno y un calibrado, vamos a surcar las procelosas aguas de la observación de los detalles. Os deseo de todo corazón que el viento os sople de popa y que podáis sacar mucho provecho de esta carta de navegación de los mares del retrato.
Bienvenidos a bordo.
¡Soltad amarras, vamos a zarpar!