Más allá del dibujo académico, existe un manera de dibujar más espontánea e intuitiva. Este manual es una invitación a perder el miedo a manchar el papel, explorar y crear libremente.
A partir de tres movimientos, tres manchas de acuarela superpuestas, aprenderemos a dar vida a 15 animales y nos adentraremos en las infinitas posibilidades de la mancha y el trazo.
“Cada uno de los animales de este libro es un reto, una oportunidad para aprender a explicarlo reduciéndolo a mancha y trazo, un proceso de desaprendizaje y de deconstrucción.”
índice
introducción 9
técnica 10
materiales 11
manchas y trazos 12
paso a paso 14
animalia 17
jirafa 18
panda 24
flamenco 32
petirrojo 40
ballena azul 46
jabalí 56
nutria 67
pingüino 68
tortuga 74
elefante 84
hipopótamo 90
lagartija 98
guepardo 106
gallina 112
pez dorado 118
Introducción
Este libro es una invitación a encontrar el modo de que el miedo a manchar el papel no nos paralice, a cambiar la pregunta de “cómo dibujar” por la de “cómo explicar”.
Existen la técnica y el dibujo académico, las normas que dictan cómo hacer las cosas y que se ciñen al canon establecido. Pero también existe el esbozar de forma espontánea, sin miramientos. Otra forma de hacer las cosas que, además, puede descubrirnos el medio con el que nos sentiremos más cómodos en cada momento. Algunas veces no es sino el miedo lo que nos lleva a resolver una imagen siguiendo el lenguaje visual que se nos ha transmitido como “correcto”.
Es cierto que tras muchas de las obras que admiramos hay una larga experiencia y horas de dibujo, pero puede que parte de esas horas se destinaran a “desaprender”, a jugar con el accidente, a encontrar lo que este explica. Y, muchas veces, eso que sale del accidente es, justamente, lo que necesitábamos para explicarnos con un lenguaje propio. Puede ser un papel colocado de determinada manera, una mancha accidental que hemos aprovechado para dar forma, un gesto traducido a una línea.
Cada uno de los animales de este libro es un reto, una oportunidad para aprender a explicarlo reduciéndolo a manchas y trazos, un proceso de desaprendizaje y de deconstrucción.
El camino para desaprender es tan infinito como su contrario, el de aprender. Ambos, creo, se acaban encontrando en un mismo lugar, en este caso, un cuaderno
en el que se explican animales con un pincel, el gesto y una caja de acuarelas.