Conocer el esqueleto humano no solo ayuda a comprender la mecánica del cuerpo, sino que permite trabajar los dibujos hasta la perfección en función de la osamenta bajo la piel. Después del primer volumen dedicado al écorché y un segundo volumen centrado en la esquematización, Michel Lauricella ofrece en Anatomía artística 3 todas las claves para dibujar el esqueleto humano.
· Más de 500 dibujos de los huesos y las estructuras óseas de cabeza y cuello, torso, miembros superiores y miembros inferiores.
· Descripción visual de salientes, aristas, crestas, surcos, torsiones y de los movimientos de rotación y flexión-extensión.
· Desarrollo de la capacidad de observación y selección a través de una mirada precisa y muy dirigida sobre el cuerpo humano.
Índice
Prólogo
Introducción
Cabeza y cuello
Torso
Miembros superiores
Miembros inferiores
Bibliografía
Prólogo
El conocimiento del esqueleto puede ayudaros a construir personajes inventados, a comprender la “mecánica humana”, a calcular la amplitud de movimientos de cada segmento del cuerpo. Pero, además, es posible que enriquezca nuestro dibujo del natural, que maticemos más los toques de lápiz en función de la presencia o ausencia de osamenta bajo la piel. En efecto, distinguir una forma carnosa (músculo o grasa) de una forma huesuda puede llevaros a variar indicaciones, alternando blanduras con durezas, yuxtaponiendo curvas y ángulos, trazos finos y gruesos, etcétera. Tal vez varíe la manera de acentuar los rasgos de vuestros modelos, que siempre contarán, sea cual sea su morfología, con referencias óseas. Es cierto que la grasa no oculta el esqueleto entero; al contrario: puede revelar claramente su presencia. En muchos puntos la piel se pega al hueso, formando depresiones, hoyuelos o arrugas. En todos los casos, los movimientos revelan las zonas articulatorias, y los pliegues de piel delatan su presencia.
En la introducción presentaremos, aisladas en el esqueleto, las referencias óseas más corrientes y útiles para el dibujo. Nos contentaremos con una versión simplificada, a fin de no separarnos demasiado del modelo del natural, ya que el objetivo aquí es mejorar nuestro dibujo sin detallarlo en exceso. Se consideran referencias óseas los cartílagos, siempre que produzcan formas percibidas como duras, tanto el tabique nasal como los contornos de la caja torácica, por encima del esternón.
Esta obra aparece dividida de forma clásica por regiones del cuerpo: cabeza y cuello, torso, miembro superior, miembro inferior.
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL